Por muchos es sabido la afición de mi niño por la cocina. Le encanta cocinar y yo estoy más encantada aún de que le encante. Porque a mi me apasiona la comida y comer pero no tanto cocinar. Y él disfruta cocinando y viendo como yo no me dejo nunca ni una sola miguita en el plato y menos aún si lo ha cocinado él y se ha pasado un buen rato preparándolo. Le gusta inventar platos nuevos, innovar, improvisar e ir probando poco a poco recetas nuevas. Hace unos días, me sorprendió por ejemplo con una delicisa merluza con salsa de queso

Hace unos días en la tele dieron la peli Ratatouille y nos quedamos, como dos niños, viéndola embobados con un bol de palomitas. Y nos entraron ganas de probar el plato que recibe el nombre de esta película de Disney. Al día siguiente quedamos con una amiga para tomar algo y él se fue un ratito antes. Cuando yo llegué, la casa hacía un maravilloso olor a verduritas al horno riquísimo. Pero el sabor era mucho mejor y además, sanísimo. Berenjenas, tomates, calabacines, pimientos rojos y cebollas en láminas, con aceite, ajo y algunas hierbitas. Y al horno. Fácil de preparar, saboroso si lo comes sólo y también como acompañamiento de carnes o pescados. En serio, super fácil de cocinar y muy bueno. Os animo a todos a intentarlo, porque no a todo el mundo le gustan las verduras y esta es una forma original de comerla.