Ayer por la noche fue domingo de cine en casa... es una opción que me encanta. Buena cena, un vinito, sofá y mantita... Y vimos una peli que hacía mucho tiempo que tenía ganas de ver, pero nunca había encontrado el momento (ni la persona) para verla. De Julio Medem, Los Amantes del Círculo Polar es la historia de Ana y Otto, dos niños que se enamoran de pequeños y el destino los separa. Pero a veces, sólo a veces, el amor triunfa y ellos vuelven a encontrarse... aunque en un trágico segundo, tal vez todo puede acabar. Y es que la vida da muchas vueltas (o como dice Quique González, te lleva por caminos raros...). Llevas toda la vida cruzándote con alguien por una plaza y no lo ves, pero ahí está y es la persona que estás esperando. Pero un rayo de sol, o el aleteo de una paloma puede hacer que tu mirada y tus pasos cambien de rumbo y te encuentres con él para siempre o no volver a verle nunca más... pero como en esta peli, el amor a veces triunfa. Y por muchas vueltas que de la vida, por muchos rayos de sol que te impidan ver bien, por muchas palomas que se interpongan en el camino, hay personas que han nacido para estar juntas... nunca he creído ni en las medias naranjas ni en el destino escrito... pero es que la vida y sus casualidades, como dice la película, a veces hacen que el círculo se cierre. Aunque es extraño que hable de este tema y la película no tenga un final claro del todo... Es una película dulce, suave, tierna sin ser sensiblera. No me decepcionó para nada, al contrario y por eso os la aconsejo desde mi humilde opinión.