Es curioso como una canción, un olor, un sonido, una imagen, es capaz de transportarnos a un lugar muy lejano. Y no nos lleva con nostalgia y no regresamos pensando que el tiempo pasado siempre fue mejor. Simplemente volvemos con la sensación de haber vivido. La forma en la que silva el viento nos lleva a veces a lugares conocidos, jamás extraños y nunca nuevos. No nos hace volar a lugares que sólo la imaginación puede crear. No son paisajes inventados. Son lugares en los que nos sentimos cómodos y sabemos que allí todo va a ir bien. Son recuerdos que nos llegan a través de imágenes. Y seguramente no sea la casualidad la que nos haga recordar, es la necesidad de volver allí. Por nuestras vidas pasan millones de personas. Unas sólo nos rozan al pasar; otras están ahí sin saber porqué y otras, las que más huella nos dejan, se van. No es que desaparezcan, no mueren ni se esfuman. Sencillamente no están cerca. Pero gracias a esas notas y a esos olores, esas personas vuelven a nuestra mente en forma de recuerdo. Y sentimos que están un poco más cerca o que tal vez, jamás hayan estado lejos. Y te das cuenta de cómo las necesitas y lo bonito que era tenerlas a tu lado. O tal vez, lo especial es tener un buen recuerdo y la idea de que siempre que queramos, esas personas volverán, porque sólo depende de la canción que escuchemos.
Os dejo la que me hizo recordar y a la que le debo el empujón que me hizo ponerme a escribir.
2:07 p. m. |
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comentarios
Comments (3)
Sin duda la canción destila buen rollo y optimismo. Es muy curioso esto de las músicas, hay algunas canciones que te llevan a lugares y momentos muy concretos; y lo mejor es que vengan espontáneamente, sin ponerla tu, eso no vale tanto, jeje.
Vaya, me estoy poniendo nostálgico, lo siento...
snif snif...
No no, la idea es que sin quererlo, sin proponertelo, escuchando una canción vengan a tu memoria esos lugares... Escucha y recuerda, no recuerda y ecucha.
Ya ya, eso digo.
Que así es como debe ser, no vale ponerla a propósito.