Esta mañana al comprar el periódico, la gente podía poner su granito de arena en una buena causa. Se ha editado un disco cuyos beneficios (o parte de ellos) están destinados a la investigación de una enfermedad llamada cansancio crónico. Y os quiero hablar de esto al que hace poco le han puesto nombre, porque desgraciadamente lo vivo muy de cerca.
El cansancio crónico en realidad no es una enfermedad. Es un conjunto de pequeñas enfermedades que individualmente no serían tan dolorosas o aparatosas. El problema es que la persona que tiene cansancio o dolor crónico, padece todas estas patologías a la vez.
Hace unos años, esta enfermedad no tenía nombre. La mayor parte de las personas que la padecían eran mujeres y se la conocía como "La enfermedad de las locas". Fruto del machismo, la ignorancia y la falta de investigación, hacía que los médicos aconsejaran a las enfermas que se fueran de compras, a la peluquería o al gimnasio. Gracias a estos consejos médicos, las mujeres se sumían en una profunda depresión ya que, ni siquiera su médico, les podía decir qué les pasaba ni podían remediar su intenso dolor. Y recibía este curioso apodo ya que el cansancio crónico no se ve en radiografías, analíticas o demás pruebas comunes. Sino que se diagnostica con un lento análisis de algunos puntos del cuerpo que son claves en esta enfermedad. Y si el médico no lo conoce, jamás le podrá decir a esa mujer que tiene una enfermedad. Era mucho más fácil decirles que estaban locas.
En mi caso, vivo de cerca la fibromiálgia, una enfermedad psicosomática. Es decir, el dolor físico se convierte en un dolor interno (depresiones) mucho más difícil de curar y a la vez, este dolor interno se manifiesta en un dolor físico. Cuando una persona no puede abrir una cafetera, sacar el abrigo del armario y subir 3 escalones, siente que es inútil, un estorbo y que no sirve para nada. Este estado de ánimo tan depresivo se convierte en más dolor físico. Con lo cual se trata de una espiral que no tiene fin.
Hay personas que han padecido esta enfermedad toda su vida y se han muerto pensando que estaban locas. Con los años y gracias a la investigación médica, se ha sabido cómo medicarla y aconsejar a los pacientes. Porque es lo único que se puede hacer. No te mures de cansancio crónico (aunque quieras hacerlo) pero puede paralizarte toda tu vida. Y lo peor, como he dicho, no es el dolor físico si no el psicológico. Un dolor que se cura muy poco a poco ( si se cura) y que no se receta. La mejor medicina para estas personas (además de la morfina, antiinflamatorios y paracetamol) es el amor, el respeto y la comprensión de las personas que tienen cerca. Saber que tienen dolor sin verlo es clave para la ayuda a los enfermos.
No se si alguien tiene algún enfermo de cansancio crónico cerca. Sólo os digo que la ayuda psicológica es básica y necesaria. Y la insistencia, porque no hay nada peor que intentar ayudar a alguien que no se quiere dejar ayudar (como dijo Sabina).
A ti, que me has dado la vida.
6:37 p. m. |
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