... simplemente porque ha sido como si fuera uno más. Este fín de semana (en realidad desde le lunes) ha estado mi pequeño en Barcelona, en su tierra. Y nos ha sentado de maravilla. Como muchas veces, el fin de semana empezó en jueves, con un pequeño concierto a medias de "Ruido Blanco" en el rabal. Yo lo pillé a medias pero me encantó: gente joven, buenas voces, buena música, buenas letras, buenas compañías... y después La Ovella que como siempre estaba "hasta la bandera". Allí nos encontramos con una chilena que hablaba (mucho, por cierto...) catalán mejor que muchos españoles que llevan en Catalunya toda la vida y un argentino de negocios muy pecualiar. Después, todavía era pronto y nos dirigimos hacia Les Enfants donde no entramos porque no nos dio la gana... y por la pérdida de unos pendientes muy importantes para mí. Después de un quesiqueno y muertos de sueño, dos táxis nos llevaron a dos mundos bien distintos. Cada uno a la parcela de su Barcelona, una ciudad entera por medio... Viernes trabajo, muerta de sueño pero poca cosa que hacer. Por la tarde, fumada de la pipa de la paz con frutos del bosque con dos buenos amigos y pa casa. Unos patés, unos quesitos, gulas, pinchos, torradas, vino, Drácula, música, mis primeras notas, conversaciones sobre lo terrenal y lo divino y mucho amor. El sábado nos despertamos pronto, desayuno en una terracita con dos periódicos y con necesidad de mar. Cruzamos Barcelona, palestina para el cuello y a la Barceloneta. Pescadito frito, gafas de sol rojas, vinito fresco y para Las Ramblas. Michael Jackson, senyera en la muñeca y Gótico. Adquisición de una preciosa cazadora de piel y encuentro con una parejita recién salida del horno a la que le deseo todo lo mejor. Reencuentro con el cantar de la tierra que me vio crecer, Sant Felip Neri y pa las zonas altas de nuevo. Mítico Tomás y música, música y más música y esta mañana gris de domingo, a cumplir con nuestras obligaciones como ciudadanos después del último café con leche de esos que están de muerte. Porque ya se sabe, no es lo mismo café con leche que café contigo... y una vez más, todo vuelve a ser como siempre.

Supongo que para mucha gente, lo que acabo de explicar no tiene mucho de especial, pero es que para mi sí lo tiene y mucho. No todos los fines de semana pueden ser como este y es especial porque nosotros lo hacemos así.

Nos vemos en Bilbo pequeño...