El amor imposible entre Sol y Luna
Hace muchos, muchos años, cuando aún la vida en la tierra se regía por dioses, hadas, ninfas y duendes, ocurrió la historia de amor más triste que ha tenido lugar jamás. La verdadera historia de amor entre el Sol y la Luna.
Ellos dos no se conocían aunque sabáin la existencia el uno del otro. Cada uno tenía sus quehaceres y obligaciones y pasaban los días tranquilos… A Luna le gustaba bailar de noche con las estrellas, hacerles cosquillas y divertirse hasta el alba. Daba luz a la noche, iluminaba a los perdidos. Era un faro en el camino de muchos. Luna llenaba de risa y brillo las frías y tristes noches de invierno y se dejaba ver con sus mejores galas y hacía que el mar se pusiera de puntillas para intentar tocarla.
Sin embargo Sol era más tranquilo, pero quemaba con tanta intensidad que corría el riesgo de consumirse. Debía descansar entre las nubes de vez en cuando para retomar energía. Su trabajo era muy importante aquí en la tierra ya que permitía la vida de todos sus habitantes. Dicen, que en sus entrañas se escondía el secreto de la vida… Era humilde, pero de vez en cuando se le escapaba una sonrisa pícara al ver cómo, algunas flores disfrutaban con su calor.
Cuenta la leyenda que un día, cuando el sol empezaba a dejarse ver entre las montañas en su libertad más absoluta, Luna, que era curiosa nata, se quedó un poquito más antes de esconderse para poder ver al Sol. Quería conocer aquella estrella a la que jamás podía ver ni bailar con ella. Sabía que estaba prohibido y que sería peligroso pero no le importó, se dejó llevar por la luz infinita que empezaba a iluminar Sol.
Su encuentro, aunque fugaz, fue tan intenso y tan grande, que de ellos emanó una luz poderosa y cegadora. Fue tan sólo un instante pero les trajo la vida y todas las criaturas de la tierra se llenaron de esa alegría contagiosa. Pero fue tan sobrecogedora que el Dios Supremo se despertó de su sueño. Se enfadó tanto por haber quebrantado las reglas, que castigó a Sol y Luna a permanecer por siempre jamás cada uno en su mundo. Atrapados y encerrados en su día y su noche y no podrían volver a verse jamás. Su amor sería imposible simplemente por el capricho de un Dios.
Cuentan los más antiguos y sabios escritos, que sólo a veces y a escondidas, Luna y Sol pueden encontrarse. Luna apaga por unos instantes su luz y se le puede ver en el cielo azul de día. Y aunque no se puedan tocar, al menos se ven y sólo ellos sabrán, los secretos que se cuentan.