¿Quién no ha pronunciado nunca esta frase? Es casi lo primero que aprendemos a pronunciar los primeros días de guardería después de "mío". Nos han acompañado durante los años más importantes de nuestras vidas. Aquellos en los que cada acción, cada palabra y pensamiento contribuiría en la construcción de los futuros adultos en los que nos convertimos. Han pasado ya muchos años desde esos días en los que pensábamos realmente que los profesores en armas para destruir nuestra libertad y que sólo estaban allí para hacernos la vida imporsible con sus deberes y exámenes. Con el tiempo y con unos cuantos años más de experiencia como alumna, he aprendido a recordar a aquellas personas incluso con cariño. Por supuesto a unas más que a otras. Y recuerdo de la mayoría sus motes. Debo reconocer que tal vez no fueran los más creativos pero los definían a la perfección. Y por supuesto hay que reconocer la enorme labor de los hermanos mayores en cursos superiores que se encargaron de recordarnos los defectos, debilidades y sobrenombres de los que en un futuro serían nuestros maestros. Recuerdo a Tachenco, también llamado Daniel, por encima de todos los profesores. Y este fue de los buenos. Profesor de Filosofía e Historia el cabrón hacía que te acabaran gustando Rousseau, Platón y la segunda república de una forma que jamás creerías posible. Recuerdo a Manolo, El Manco (le faltaba un brazo realmente) profesor de Literatura e Historia del Arte... 10.000 años os contemplan!. Y como estudié en un cole de Curas, tengo profes para todo. Desde los que realmente eran religiosos como el cerdo del Porky (Además de guarro como profesor también tenía cara de cerdo) que suspendió mi hermana habiendo utilizado chuletas (imaginaos la manía que nos tenía por no estar bautizadas) o Ana, profe que nos enseñó la religión desde el punto de vista más sociocultural y ciéntifico. De las malas malisimas de verdad estaba La Bruja (Pilar) profesora de artes plásticas. Es curioso como el mismo dibujo puede ser un 3.5 si se lo entregaba mi hermana y un 8 si se lo entregaba yo cinco años después. Y entre este grupo estaba Rosa, La Enana. Una mujer bajita, gorda y medio calva que hacía apología del franquismo y nos hacía bordar (sólo a las niñas) y hermana de Eduardo Torrebruno, que más que profesor de inglés, era el colega de todos los alumnos. Otra Rosa era La Osito, profe de mates que parecía que se iba a derretir e incapaz de echar bronca a los almnos. Ésta sustituyó al Cahahuet, que era calvo y con la cabeza deformada (además de sacarse los mocos en medio de la lección de logaritmos neperianos).Yo estudié EGB, BUP y COU en Nuestra Señora de Fátima de Valencia y desde que me fuí de allí no he vuelto a ver a ninguno de ellos. Era un cole humilde en un barrio obrero de una ciudad pequeña, pero con una disciplina y rectitud temida por todos los niños de la zona. Nadie quería ir a Fátima. Sin embrago, el 100% de los que se presentaban a Selectividad, apobábamos el 100%. Era un cole duro y muy pequeño casi sin patios para jugar y con instalaciones obsoletas. Pero recuerdo esos años con mucho cariño, los mejores y también los peores de mi vida. Hoy es el primer día de colegio para millones de niños, uno de los días más importantes en sus vidas. Jamás se olvida.