Navegando o incluso ultimamente, naufragando por la red, encontré esta curiosa noticia en un Blog de Cine. Se trata Nikolas Ocio, un chico de Vitoria que para poder pagarse su primer corto decidió, hace unos tres años ya, vender libros al módico precio de 5 Euros el Kilo.

Todo empezó hace unos 15 años cuando trabajaba en una cárcel como monitor deportivo. Y sin tener estudios en audiovisuales, ni de cine ni de redacción, escribió el guión de lo que algún día será su primer trabajo en el mundo del cine. Por ahora ya ha conseguido una recaudación de 5.000 € después de tres años recogiendo y vendiendo libros. Pero teniendo en cuenta que producir un proyecto así cuesta unos 30.000 Euros, Nikolas tendrá que vender muchos libros para poder hacer realidad su sueño.

Y todo esto en realidad ocurre porque en España las ayudas para proyectos cinematográficos son mínimas y las que hay, se dan a personas que ya están dentro de este pequeño y cerrado mundillo o para superproducciones que llevarán a España más allá del Atlántico. No hay ayudas para personas con buenas ideas pero sin experiencias, no hay dinero para experimentos ni para potenciar las nuevas ideas y proyectos.