Cuando yo era pequeña deseaba tener un grupo de amigas al más puro estilo Grease, que lleváramos chaquetas rosas, nos gustaran los chicos malos y que nos llamaran as Pink Ladies. Pero pasó el instituto y ni tuve ese grupo de amigas, ni un coche rosa, ni cantaba y bailaba por la calle al son de una música inexistente. Todo eso ya formaba parte del pasado y de las ilusiones de una niña con aspiraciones de artista.
Desde aquello ya llovió mucho y terminé la universidad y volvió a llover otra vez, quedando en papel mojado la ilusiones de adolescentes. Pero como la vida da muchas vueltas, siempre te encuentras sorpresas inesperadas que te alegran la existencia. En los dos últimos años he tendio la oportunidad de conocer y reencontrarme con 3 personas escepcionales, que me cuidan, me quieren, me ayudan y me entienden como pocas personas en mi vida lo hacen. Además, están cerca y se diviernten como yo. Con ellas, nunca es tarde ni demasiado pronto para un Gin Tonic...
Desde aquello ya llovió mucho y terminé la universidad y volvió a llover otra vez, quedando en papel mojado la ilusiones de adolescentes. Pero como la vida da muchas vueltas, siempre te encuentras sorpresas inesperadas que te alegran la existencia. En los dos últimos años he tendio la oportunidad de conocer y reencontrarme con 3 personas escepcionales, que me cuidan, me quieren, me ayudan y me entienden como pocas personas en mi vida lo hacen. Además, están cerca y se diviernten como yo. Con ellas, nunca es tarde ni demasiado pronto para un Gin Tonic...