Hoy ha sido un día muy feliz para mucha gente. Para un país entero; para millones de inmigrantes en todo el mundo. Hoy muchas tumbas, en cualquier lugar del mundo escondidas, descansan en paz. Hoy ha muerto Augusto Pinochet, dictador chileno desde que un 11 de septiembre de 1973 diera un golpe de estado. Desde ese momento, desaparciones, traiciones, asesinatos, hambre, miedo... Millones de personas tuvieron que exiliarse para no volver nunca más. Las represiones fueron durísimas y hoy aún no se ha hecho justicia. Miles de familias siguen sin saber dónde llevar flores a sus muertos porque sencillamente desaparecieron.
Desde aquí quiero hacer un pequeño homenaje a uno de esos reprimidos. Víctor Jara, cantante chileno, fue mutilado de manos para que jamás puediera escribir canciones tan bellas como esta.
Te recuerdo Amanda,
la calle mojada corriendo a la fábrica
dónde trabajaba, Manuel.
La sonrisa ancha,
la lluvia en el pelo,
no importaba nada
ibas a encontrarte con él, con él, con él.
Son cinco minutos.
La vida es eterna en cinco minutos.
Suena la sirena de vuelta al trabajo
y tú caminando lo iluminas todo,
los cinco minutos te hacen florecer.
Te recuerdo Amanda,
la calle mojada corriendo a la fábrica
dónde trabajaba, Manuel.
La sonrisa ancha,
la lluvia en el pelo,
no importaba nada
ibas a encontrarte con él, con él, con él.
Que partió a la sierra,
que nunca hizo daño
que partió a la sierra.
Y en cinco minutos quedó destrozado.
Suena la sirena de vuelta al trabajo,
muchos no volvieron.
Tampoco Manuel.
Te recuerdo Amanda,
la calle mojada corriendo a la fábrica
dónde trabajaba, Manuel.
Ojalá exista el infierno para que ardas en él, ya que aquí no te has llevado la justicia que merecías.
Desde aquí quiero hacer un pequeño homenaje a uno de esos reprimidos. Víctor Jara, cantante chileno, fue mutilado de manos para que jamás puediera escribir canciones tan bellas como esta.
Te recuerdo Amanda,
la calle mojada corriendo a la fábrica
dónde trabajaba, Manuel.
La sonrisa ancha,
la lluvia en el pelo,
no importaba nada
ibas a encontrarte con él, con él, con él.
Son cinco minutos.
La vida es eterna en cinco minutos.
Suena la sirena de vuelta al trabajo
y tú caminando lo iluminas todo,
los cinco minutos te hacen florecer.
Te recuerdo Amanda,
la calle mojada corriendo a la fábrica
dónde trabajaba, Manuel.
La sonrisa ancha,
la lluvia en el pelo,
no importaba nada
ibas a encontrarte con él, con él, con él.
Que partió a la sierra,
que nunca hizo daño
que partió a la sierra.
Y en cinco minutos quedó destrozado.
Suena la sirena de vuelta al trabajo,
muchos no volvieron.
Tampoco Manuel.
Te recuerdo Amanda,
la calle mojada corriendo a la fábrica
dónde trabajaba, Manuel.
Ojalá exista el infierno para que ardas en él, ya que aquí no te has llevado la justicia que merecías.
10:37 p. m. |
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comentarios
Comments (4)
Que lo entierren bien hondo, no vaya a ser que no esté muerto del todo.
que bonitas columnas...
Que lo entierren mejor boca abajo, asi, si despierta encuentre el solito el infierno al que deberia haber acudido hace muchos, muchos años !!!
Pues a mi me jode que se haya muerto. Al final se ha ido sin pagar por lo que hizo, no tiene mérito el que se haya muerto así, al final el ha ganado otra vez. Lo que tendría que haber pasado es que fuese inmortal, la justicia un poco más rápida y que hubiese cumplido cadena perpétua, entonces sabría lo que es el infierno y pagaría por lo que hizo.
De todas formas, sólo me queda decir, descanse en paz...., el mundo.
Bonita canción.
@ Crsipín: Tío la vida no es "Resident evil" ni "Gear of wars" (deja de viciarte tanto a la Xbox).