Felicidades, que tengas un buen día en el backstage.

Lo siento por el vídeo pero no hay nada mejor aún...
Sobre las vacaciones de verano

Llega el verano y con él, las merecidas vacaciones. Nos pasamos el resto del año esperando a que lleguen y, como la lechera con su cántaro, hacemos cábalas y planes de todo lo que podríamos hacer en esos días. Cada vez está más extendida la costumbre de no hacer todo el mes de agosto de vacaciones para dejarnos días libres que utilizaremos durante el invierno para escapadas o rascarnos la nariz al menos un día. También y como es mi caso, dependiendo de tu profesión no puedes irte muchos días porque los proyectos no se paralizan ni los clientes desaparecen (aunque ellos sí se vayan de vacaciones) y el show debe continuar. Este año por ejemplo, yo sólo he cogido una semana de vacaciones (tampoco tengo muchos más días) y como la economía (ni la mundial ni la familiar) está para echar cohetes, he decidido pasarla con las personas que más quiero: mi familia.

Desde hace semanas, incluso meses, no paro de escuchar a gente que me cuenta los lugares tan lejanos, exóticos y maravillosos que va a visitar. Y no imaginan lo mucho que me alegro por ellos porque algún día también me gustaría visitarlos a mi. Pero este año no será y no por ello pienso deprimirme. En los últimos años nos estamos llenando de pamplinas (frivolizando tal vez) y de nuevas enfermedades y alteraciones emocionales como por ejemplo la conocida y por todos sufrida alguna vez, depresión postvacacional. Los expertos hablan de muchas posibles razones con respecto a esta nueva depre: demasiados días, muy pocos, muy intensos, no llegar a desconectar del todo...

Yo acabo de llegar de mis tranquilas y cortas vacaciones familiares con ganas y mucha, mucha energía. Igual que en año nuevo, ahora empieza un nuevo ciclo: empieza el curso, vuelven los fascículos, se acorta el día y cambia el clima. Y además, nuevos planes, nuevos proyectos, nuevas ilusiones... clases de guitarra y de danza, nuevo trabajo, viajes a la vista, aniversarios y todo un invierno madrileño por delante después de un año ya aquí. Mi vuelta a la vida real y a la normalidad es la vuelta a una vida llena de sorpresas, de buenos momentos falices y divertidos, con gente increible... mi vida normal no lo es tanto ni tampoco es tan real porque es como un sueño.

Bienvenid@, aquí empieza una nueva etapa de tu vida y de el lugar Donde habita el Olvido.


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Es la canción que suena todos los viernes en Noise pero como todo el mundo está de vacaciones y otros estamos a punto de irnos, hoy sólo sonará en Donde Habita el Olvido.
Nunca le doy demasiada importancia a las cosas que puedo llegar a hacer con las manos, porque lo que realmente creo que se me ha dado bien en la vida (o al menos con lo que más he disfrutado) lo he hecho con los pies. Siempre admiro a las personas que son capaces de realizar cosas que surgen de la nada o de su imaginación con sus manos. Pintar, hacer música, coser o incluso hacer fotos, donde interviene más el ojo que las manos incluso son unos ejemplos. En definitiva, me fascina la gente cuya creatividad, ritmo o visión les lleva a realizar cosas maravillosas y realmente lo son, porque son artesanía. Son productos fabricados (aunque esta palabra suene mal) con sus propias manos y eso, hoy en día, es algo que debería tener mucho más valor del que realmente se le da. Pero el otro día, buscando entre mis (miles) cajitas, encontré mis artilujios para hacer mi artesanía y entonces comprendí que yo también hago cosas con las manos: collares, pulseras, pendientes, tobilleras y toda clase de objetos que puedan servir como adorno para el cuerpo o los vestidos. Además, de todo tipo de formas y estilos: modernos, clásicos, étnicos, del plástico más cutre (pero anda que no da el pego...). Pero eso sí, la mayoría de las piezas que en estos casi 5 años he creado han sido objeto de regalo, premio o préstamos permanentes. Y aunque (esto lo he visto con el tiempo) no todo el mundo sepa valorarlo y no siempre hayan quedado bien, es genial ver la reacción de las personas obsequiadas con algún objeto hecho por una misma. Y esa es la mejor satisfacción. No creo ni mucho menos que me vaya a ganar la vida con esto pero a mi me divierte y además, emebellece aún más si cabe, a esas personas.



... y con necesidad de desarrollar mis facetas más artísticas
Donde Habite el Olvido

Donde habite el olvido,
En los vastos jardines sin aurora;
Donde yo sólo sea
Memoria de una piedra sepultada entre ortigas
Sobre la cual el viento escapa a sus insomnios.

Donde mi nombre deje
Al cuerpo que designa en brazos de los siglos,
Donde el deseo no exista.

En esa gran región donde el amor, ángel terrible,
No esconda como acero
En mi pecho su ala,
Sonriendo lleno de gracia aérea mientras crece el tormento.

Allí donde termine este afán que exige un dueño a imagen suya,
Sometiendo a otra vida su vida,
Sin más horizonte que otros ojos frente a frente.

Donde penas y dichas no sean más que nombres,
Cielo y tierra nativos en torno de un recuerdo;
Donde al fin quede libre sin saberlo yo mismo,
Disuelto en niebla, ausencia,
Ausencia leve como carne de niño.

Allá, allá lejos;
Donde habite el olvido.

Luis Cernuda, Los placeres prohibidos (1931)